jueves, 15 de mayo de 2008

Mis chicos de la calle…

Solamente con pasear un rato por la ciudad comenzamos a percibir la problemática de los chicos de la calle. Son muchos y son nuestros. Los vemos comiendo de la basura, pidiendo limosna, y sentimos que muchos de ellos seguramente son explotados por algún mayor, que saca algún tipo de provecho de estas pobres criaturas. Otra situación de la que no nos podemos olvidar es como pierden su niñez, ya sea porque tienen que trabajar como método de supervivencia o que quizás algunos o de ellos son explotados sexualmente. Pero -viendo tantos, y en tantos lugares diferentes- me pregunto si ¿nos hemos insensibilizado? ¿comenzamos a sentirlos como molestos o como parte del paisaje? ¿nos hemos preguntado si esta situación tiene remedio?
Averiguando con algunos de mis conocidos, encontrándome con una variada calidad de respuestas. Por ejemplo, algunas opiniones demostraron que quienes los tienen cerca, les tienen miedo, miedo a ser robados. Otros me contestaron que es un problema del que tiene que hacerse cargo el Estado. Otros sienten pena por el niño en si, ya que concluyen que estos no deberían sufrir el rigor de un estado capitalista, en donde solamente importa el yo y el crecimiento económico. También, hay quienes echan la culpa a los padres, a la situación económica, al desempleo, a la mala educación, etc. y muchos otros etc. mas.
Pero acá estamos, la problemática existe y no la podemos evitar. ¿Qué hacemos, entonces?
En la provincia de Buenos Aires el Ministerio de Seguridad emitió tiempo atrás una circular a los jefes policiales que tuvo que ser anulada rápidamente ante el repudio unánime que despertó. Ordenaba "poner a disposición de la justicia de menores (o sea encarcelar) a los niños desprotegidos en la vía pública y/o pidiendo limosna". Por los visto esto no es la solución.
Las estadísticas, que se caracterizan por no ser muy precisas, anuncian que en nuestro país 1.500.000 pueden considerarse “chicos de la calle”. Esto es lo que investigue y la verdad me sorprendió. Bernardo Kliksberg, economista director de la Iniciativa Latinoamericana de Capital Social (BID) dijo “Es incuestionable que detrás de todo esto está la necesidad de sobrevivir, familias quebradas y la exclusión social. Los niños que viven en la calle duermen en edificios abandonados, debajo de puentes, en portales, parques, alcantarillas. Trabajan o son explotados como limpiaparabrisas, tragafuegos, recolectores de basura, mendigos. Su salud y nutrición son muy precarias y están indocumentados. En estas condiciones, vivir en la calle es casi vivir en el infierno. Y así lo testimonian recientes estudios sobre los altos niveles de depresión psíquica, búsqueda de salida a través de los pegamentos y otras drogas, y finalmente suicidios en esta población infantil desesperada”.
Todos estos comentarios, imponen buscar salidas a esta situación éticamente intolerable.
Motivo por el que ahondé en quienes trabajan con o sin apoyo estatal en una solución tópica de esta lesión que tiene la sociedad argentina y ver si puedo dar una mano. Los resultados fueron buenos pero no los suficientes para dar una solución definitiva, pero esto no es motivo para desanimarnos, sino que nos debería incentivar a que cada vez mas “argentinos” – de los de verdad – comencemos a tratar de aportar algo, por mínimo que parezca para ayudar a paliar esta situación vergonzosa, de la que el Estado nacional parece no darse cuenta, ni hacerse responsable por ella.
Acá hay alguna de las organizaciones no gubernamentales que si les importa esta problemática y con las cuales cualquiera de nosotros podría colaborar.

http://www.revistaelabasto.com.ar/ChicosCalle.htm

1 comentario:

Dilaca dijo...

No puedo apreciar el correcto aprovechamiento de la fuente porque no me dejas los vínculos.
Relee las consignas de la webquest, por favor.

 


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